Sentada en una silla mirando fijamente a una pared oscura, meto una uña
entre otra uña, estoy nerviosa, ansiosa y noto una pequeña presión en el
pecho que viene y va. Son ganas de llorar, lo sé, pero no vienen, no
salen lágrimas de mis ojos. Algo me preocupa, algo que se acerca. Pienso
en más cosas a la vez, en el. Tengo miedo, miedo de verdad, nunca había
sentido esto antes, nunca. Me siento vacía, sin sentir nada, sin
emociones. Me muerdo los labios, no puedo evitarlo, es mi manera de
indicar que algo me pasa. Pestañeo, miro al techo, bajo la cabeza, todo
sigue igual. Los minutos corren, el tiempo pasa y cada vez queda menos y
hay una presión más grande. Mi corazón late, cada vez más deprisa,
puedo escuchar los latidos perfectamente, se notan. No me siento segura
conmigo misma, ni hablando con nadie excepto el. Yo y mi manía de
pasarme las uñas por los dientes cuando me siento rara y no sé que
hacer. Ha ocurrido, una lágrima desciende por mi mejilla, asciende la
respiración. Hiperventilo, ¿qué ocurre? Ni idea. Pero el me ha tranquilizado, ha hecho que me sienta mejor y que las cosas sean
diferentes.
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